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Papillas de bebé

Las papillas son, junto a los potitos, las estrellas de la alimentación complementaria. En concreto las papillas, dado que pueden ser rehidratadas y preparadas como mejor le convenga a los padres (con agua, leche especial o leche materna) son una de las opciones preferidas de muchos, por su gran flexibilidad. Pero, ¿cúal es la mejor papilla para bebé? Te dejamos algunos consejos juntos a nuestra magnífica oferta para asegurarte que tomas la decisión correcta.

¿Cuál es la mejor papilla para bebés?

La mejor papilla es la que tu bebé necesita. ¿Y en qué se diferencia una papilla de otra? Principalmente en: ingredientes, textura y edad indicada. Todo eso, junto con los consejos del pediatra, te darán una idea muy aproximada sobre cuáles son las mejores opciones para cada pequeño. De todas formas, escucha también a tu bebé. Como cualquier ser humano, tu bebé tiene sus propios gustos y los ingredientes de la papilla le agradará más o menos

Papilla de fruta

Las papillas de frutas es uno de los primeros alimentos semisólidos que consume nuestro pequeño. Su textura, más líquida que el resto, hacen que sean perfectas como el primer alimento diferente de la leche materna al que se acostumbran. Además, los azúcares naturales presentes en las frutas (que en ningún momento son azúcares añadidos o procesados) hacen que sea muy sabroso y sano para nuestro bebé. Y seguro que pronto se vuelve una de sus papillas favoritas. Siempre bajo consejo del pediatra, pero estas papillas pueden consumirse a partir de los 4 meses, aunque es aconsejable seguir con la lactancia materna exclusivo hasta que el bebé tiene 6 meses.

Papilla de cerales

Las papillas de cereales son recomendables cuando el bebé supera los 6 u 8 meses; dado su textura, más sólidas que las de frutas, no es recomendable administrarlas antes, ya que el bebé puede rechazarlas debido al reflejo de extrusión. Además, no son necesarias, ya que la leche materna junto con papillas más líquidas (como la de frutas) aportan las suficientes calorías a nuestro pequeño hasta ese momento. Por si solas, las papillas de cereales pueden ser consumidas hasta el año de vida sin problemas, a partir de ese momento, será necesario iniciarle en alimentos sólidos para seguir con una dieta equilibrada.

Papilla de avena

Si bien la avena es un tipo de cereal, debido al alto número de papillas de este tipo era necesario dedicarle su propio apartado. La avena en forma de papilla tiene una consistencia más sólida que las normales de cereal, por eso es recomendable comenzar las de multicereales o con las que no incluyan avena como ingrediente principal. Además, las papillas de avena tienen que ser especialmente bien disueltas, ya que pueden provocar grumos que activen el reflejo de extrusión por accidente, lo que no tiene más trascendencia a parte de que nos quedaríamos manchados nosotros mismos y nuestro bebé con la papilla que ha expulsado.

Papilla de verdura

Las papillas de verduras son un excelente complemento a la dieta de nuestro bebé por su salud. Debido a su textura, deben ser introducidas a la vez que las de cereales (vigilando que no se produzcan grumos), pero debido a su sabor amargo en comparación a la dulzura natural de la fruta; harán que normalmente nuestro bebé comience por rechazarla. Debemos cerciorarnos que es debido al reflejo de extrusión y, tras comprobarlo (simplemente viendo si la lengua es la empuja los alimentos hacia afuera), perseverar en las tomas, espaciadas con potitos y otra papilla; ya que habituarse a esos sabores nos facilitará mucho luego que las coman en estado sólido.

Papillas por edad

Llega un punto en la vida de nuestro bebé en el que la leche materna no es suficiente: la alimentación complementaria consigue nuestro pequeño siga creciendo sano y fuerte, juntando todos en alimentos semisólidos todos los nutrientes que necesita. Aunque siempre debemos seguir el consejo de nuestros pediatras y especialistas, podemos una serie de estimaciones sobre cuándo es adecuado iniciarle, además de una serie de consejos generales.

Papilla para bebé de 4 meses

Salvo recomendación del pediatra un bebé no debería consumir alimentos semi sólidos hasta los 6 meses. Sin embargo, a veces por imposibilidad de seguir administrando leche materna, capacidad para reponerla de manera diaria o simplemente por necesidades nutricionales es necesario recurrir a las papillas. Existen fórmulas especiales anti regurgitación para anular el reflejo natural del bebé, sin embargo, tendrás que armarte de paciencia ya que su cerebro aún no siente curiosidad por los alimentos semi sólidos y los rechazará buscando seguir con la leche.

Papilla para bebé de 6 meses

A partir de los seis meses nuestro bebé ya puede consumir alimentos complementarios, es probable que aún le dure el reflejo de extrusión típico de los peques pero no será por mucho más tiempo. Necesitaremos darle papillas más líquidas de lo habitual, pero dado que nosotros controlamos el grado de liquidez en su preparación podremos asegurarnos de darles el punto adecuado. Hacemos esto para que no se le generen bolas a la hora de deglutir los alimentos infantiles. También evitaremos los grupos, ya que pueden provocar la regurgitación involuntaria de la comida por parte del bebé e incluso provocarle irritaciones en el estómago.

Papilla para bebé de 12 meses

A partir del año de vida, nuestro bebé, ya no tan bebé, puede ser iniciado en alimentos sólidos. Mientras tanto, las papillas podemos prepararlas ya con una textura más densa. vigilando que los grumos no sean demasiado grandes. Estamos en una fase de transición hacia su verdadera dieta sólida, por lo que no deberemos retrasar en exceso su paso a la comida casera: como purés o cremas. Recuerda siempre consultar a tu pediatra y a médicos especializados en bebés.

¿Cuándo puedo darle papillas a mi bebé?

Aunque siempre deberemos consultarlo previamente con su pediatra, una serie de señales pueden indicarnos que nuestro bebé ya estará preparado para empezar a consumir alimentos semisólidos. Te dejamos alguna de las más evidentes, aunque seguro que ya en cuanto tu bebé entre en la siguiente fase de desarrollo te vas a dar cuenta:

Puede mantener la cabeza erguida por sí solo. Eso será uno de los indicadores más fuertes. Los músculos del cuello ya se encuentran lo suficientemente desarrollados, por lo que su faringe podrá realizar los movimientos necesarios para tragar alimentos más sólidos. También será capaz de mantenerse erguido en su silla, gracias a la fuerza adquirida en la espalda y las piernas

 

Es capaz de hacer movimientos de masticado. Además muestra interés en la comida. Una vez perdido el reflejo de extrusión (el indicador más claro posible) nuestro bebé comenzará a tratar de meterse alimentos en la boca, por ejemplo de nuestro plato; así como juguetes o las mangas de la ropa. Significa que ya tiene la disposición mental adecuada para lidiar con las papillas y potito más rebeldes.

 

Ha aumentado significativamente de peso. Eso quiere decir que su necesidad futura de calorías va a ser mayor, por lo que la leche materna o la leche de fórmula ya no va a ser suficiente. A partir de ahora y para continuar con su correcto desarrollo, necesitará de la alimentación complementaria. Pero recuerda seguir la guía de edades, que vaya a necesitar más calorías no quiere decir que pueda tomar cualquiera de las papillas o potitos que se encuentran a la venta.